Miguel Ángel Arconada, profesor e impulsor del grupo Codo a codo habló en el Antiguo Instituto del papel masculino en la lucha por la igualdad de género.habló en el Antiguo Instituto del papel masculino en la lucha por la igualdad de género
LUCÍA RAMOS:
«Muchos hombres siguen considerando que la violencia de género es un problema de las mujeres y adoptan así una posición cómoda. Es hora de que se den cuenta de que hace falta toda la sociedad para erradicar esta lacra». Con estas palabras se dirigía ayer la alcaldesa, Carmen Moriyón, a los asistentes a la conferencia 'Los hombres que no tenían miedo a la igualdad', impartida por el profesor y fundador del grupo de hombres contra la violencia de género Codo a codo, Miguel Ángel Arconada. La conferencia estuvo enmarcada en los actos organizados por el Ayuntamiento y el Consejo de Mujeres para conmemorar el Día Internacional Contra la Violencia de Género -25 de noviembre-, que este año tienen como lema 'Si eres hombre no colabores con tu silencio' y pretende implicar al sector masculino en la erradicación de esta lacra.
«Todavía hay hombres que tienen miedo a las mujeres libres», señaló Arconada. Nuestra sociedad, añadió, sólo ha dado unos pocos pasos en dirección a la igualdad, pero ya saltaron las alarmas y aparecieron «distorsiones» que buscan dar al traste con lo conseguido. «No nos equivoquemos, siendo corresponsables en las tareas de casa o en la crianza no ponemos en entredicho la identidad masculina sino la dominación masculina», recalcó el profesor. «Las mujeres no quieren mandar sobre los hombres sino sobre sí mismas. Algo que llevan siglos sin poder hacer», añadió.
A por el cambio
Los hombres, explicó Arconada, fueron educados en contacto con la violencia y para ser el centro de atención, mientras las mujeres quedaban como meros agentes de felicidad. Algo que debe cambiar. «Nos encontramos entonces con tres grandes grupos de hombres: los que quieren que la mujer siga estando subordinada, los 'ambivalentes', que no se posicionan, y los favorables al cambio» señaló el profesor. En el primer grupo, apuntó, abundan los mayores de 55 años aunque, advirtió, están empezando a aparecer también muchos menores de 21. Por este motivo, recalcó, es tan importante el trabajo con jóvenes mediante la educación en igualdad. «Nosotros trabajamos con el programa de las cuatro 'c': tomar auto conciencia de que el género nos influye; aprender a criticar la masculinidad hegemónica y las desigualdades, privilegios y costes que conlleva; conocer que existen masculinidades alternativas, justas e igualitarias y comprometerse a iniciar un proyecto personal de transformación», explicó Arconada.
Dicha transformación, aseguró, conlleva importantes beneficios tanto para el propio hombre como para las mujeres que le rodean y, finalmente, la sociedad en que vive. «Beneficios como una mejor autoestima, una mayor independencia, una mejora de la salud o un crecimiento personal», indicó el profesor. A quienes ya comenzaron con el cambio les animó a «no clandestinizar los actos de corresponsabilidad», en referencia a quienes no reconocen fregar los platos, cocinar o lavar la ropa por vergüenza. «¿Por qué he de ocultar lo mucho que me gusta cuidar de mi gente?», preguntó. Y destacó que, al fin y al cabo, «la convivencia o es igualitaria o se convierte en mera coexistencia».
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