19 abr 2010
Historiadores reclaman la enseñanza no confesional de las religiones
Un manifiesto rechaza que la catequesis sustituya estos contenidos
JUAN G. BEDOYA - elpais.com
"Quien sólo conoce una religión no conoce ninguna", proclamó el iniciador del estudio de la historia comparada de las religiones, el alemán Max Müller. Lo recuerdan ahora investigadores de diversas universidades en un manifiesto sobre la necesidad de enseñar la historia de la religión en todos los niveles educativos. El texto se hace público pensando en el llamado proceso de Bolonia (reforma de las universidades europeas para darles una estructura común) y ante el pacto educativo que ultima el Gobierno y cuyo documento final está previsto que se presente el próximo jueves.
Gran parte de los jóvenes españoles reciben educación religiosa a manos de docentes elegidos por las jerarquías confesionales. Sólo en la escuela pública ejercen esa función unos 15.000 profesores de catolicismo. Pero los chicos son "unos ignorantes totales" en religión, según los historiadores.
Ramón Teja Casuso, catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Cantabria y presidente de honor de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones, expone su experiencia con alumnos que piensan que "el rey Herodes es ese señor que aparece en los belenes por Navidad". Hay centros docentes en los que los alumnos reciben sobresaliente general en Religión, aunque no pocos hayan suspendido las demás asignaturas. La explicación es sencilla: la nota confesional, que ahora es evaluable y cuenta para todo, es el cebo que algunas diócesis regalan para hacer atractivas sus clases frente a una asignatura alternativa en la que la calificación ha de ganarse estudiando.
El manifiesto hecho público ahora con el título El plan Bolonia y la enseñanza de la historia de las religiones en la universidad española ha sido pactado en una reunión convocada por Teja en Cosgaya (Cantabria). Lo firman Santiago Montero, Gonzalo Bravo, Fernando Amérigo y Julio Trebolle (los cuatro de la Complutense de Madrid); José Vilella y Juan Antonio Jiménez (Barcelona); Pablo de la Cruz Díaz (Salamanca); Victoria Escribano (Zaragoza); Santiago Castellanos (León); José Fernández Ubiña y Purificación Ubric (Granada); Pedro Castillo (Jaén); Francisco Díez de Velasco (La Laguna); Giorgio Vespignani (Bolonia); Raúl González Salinero (UNED), y Juana Torres, Mar Marcos y Silvia Acerbi (Universidad de Cantabria). Estas son algunas de sus conclusiones:
- Instrumento para el diálogo. El estudio de la historia de las religiones no es sólo un elemento cultural, sino un instrumento fundamental para el diálogo democrático y la solución de conflictos en un mundo globalizado tanto entre los diversos países como para la integración de las diferentes comunidades en un mismo país.
- Texto común básico. La educación en el conocimiento de las religiones debe comenzar en los primeros niveles de la enseñanza, pero es imprescindible que venga impulsada desde la educación superior universitaria. En una cumbre reciente Alemania-Francia (4 febrero 2010) Angela Merkel y Nicolas Sarkozy han propuesto la elaboración de un texto común básico de Historia de Europa para los estudiantes de todos los países del continente.
- Sobre la catequesis. El fenómeno religioso no está contemplado en la organización didáctica de España. Por el contrario, la denominada "enseñanza de la religión católica" está confiada a la Iglesia católica y se concibe como la extensión al ámbito escolar de la catequesis de ésta u otras confesiones religiosas. Aunque no se discute este derecho, resulta inaceptable que la catequesis confesional sustituya a la enseñanza pública pues, al adecuarse a determinados sistemas teológicos, no puede contribuir a la integración y a la convivencia.
- Formar investigadores. España necesita formar investigadores y docentes en Historia y en Ciencias de las Religiones capaces de dinamizar socialmente y trasladar estas disciplinas a la sociedad y al sistema educativo. La entrada en vigor del EEES (Espacio Europeo de Educación Superior), más conocido como Plan Bolonia, significa una oportunidad única para introducir en los planes de estudio (máster y doctorado) estas disciplinas y su homologación con titulaciones similares de otros países europeos.
El manifiesto denuncia que algunas universidades españolas se muestran reacias a la implantación del auténtico espíritu de Bolonia y concluye con una cita de uno de los más grandes historiadores de la religión de comienzos del siglo XX, Salomon Reinach. Dice: "Antes o después la historia de las religiones se enseñará en las escuelas junto a la historia, a la filosofía y a las ciencias. No se enseñarán ni la fe ni el escepticismo, sino hechos ciertos. Se enseñará a los escolares a reflexionar sobre temas tan importantes y a prestarles toda la atención, diré mejor, todo el respeto que merecen
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario